By Tim Sprinkle
Jun 07, 2025
De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. (U.S. Environmental Protection Agency, EPA), las aguas pluviales se definen como “agua de lluvia o nieve fundida que escurre por calles, prados y otros lugares”. Pero es el siguiente paso del proceso, cuando esa escorrentía vuelve a absorberse en la tierra y finalmente se dirige a acuíferos, arroyos y ríos, donde pueden aparecer los problemas.
Eso ocurre porque las aguas pluviales no están reguladas y pueden contener una amplia gama de contaminantes, como metales, residuos químicos, PFAS (los llamados “productos químicos permanentes”) y más, según la zona que se esté drenando.
“Existe mucha variabilidad en función del uso de la tierra y de la cuenca que esté drenando el sitio bajo prueba”, dice Carla Milesi, vicepresidenta del Comité de ASTM International sobre Medidas de control de aguas pluviales (E64). “Muchas de las pruebas que se están haciendo utilizan la escorrentía de las autopistas que puede estar muy contaminada. Pero hay algo peor, es 'pegajosa', por lo que obstruye los sistemas de prueba rápidamente. Usted podría ir a un sitio que esté en un ambiente más comercial y la escorrentía podría contener partículas mayores que no obstruyan los sistemas tan rápido, pero allí hay niveles totales más altos de sólidos en suspensión. Las condiciones de las aguas pluviales pueden ser realmente muy dispares”.
El sector de control de las aguas pluviales existe para ayudar en el monitoreo y la gestión de la descarga de estas aguas no tratadas, incluida la implementación de medidas de control de las aguas pluviales para tratarlas y reducir las concentraciones de contaminantes en la escorrentía. Ahora, este trabajo se ha vuelto nacional como resultado de la reciente creación del Centro Nacional de Pruebas de Aguas Pluviales y Evaluación de Productos y Prácticas (The National Center for Stormwater Testing and Evaluation for Products and Practices, STEPP). La iniciativa está orientada al desarrollo de estándares de pruebas y verificación para su empleo en el sector de las aguas pluviales. Impulsado por esta noticia, E64 publicó recientemente la práctica estándar para la recolección de muestras compuestas por aguas pluviales afluentes y efluentes apareadas y ponderadas según caudal utilizando muestreadores automáticos (E3400), a fin de evaluar las capacidades de eliminación de contaminantes de diversas medidas de control de aguas pluviales.
“Muchas personas de nuestro sector consultan los estándares de ASTM para asegurarse de que se estén haciendo las cosas bien”, dice Milesi. “Por eso, queríamos integrar los nuevos protocolos de STEPP en un estándar que pudiera utilizarse para la recolección de muestras directa. Pero también queríamos que fuera lo suficientemente amplio para que lo pudiera usar cualquier persona que buscara recolectar este tipo de datos, ya fuera un fabricante que desea recolectar unas muestras del desempeño de su tecnología o investigadores de una universidad que desean ver qué tan bien está funcionando una zanja de drenaje”.
Una zanja de drenaje es una depresión cubierta de hierba que controla la velocidad de las aguas pluviales e infiltra escorrentía donde sea factible. Esta es una técnica de tratamiento de aguas pluviales que se utiliza con frecuencia a lo largo de autopistas y carreteras que experimentan fuertes escorrentías.
Según el nuevo estándar, los datos de las muestras recolectadas pueden utilizarse a fin de evaluar la capacidad de las medidas de control de aguas pluviales (stormwater control measures, SCMs) para eliminar contaminantes de la escorrentía de aguas pluviales y determinar si son eficaces o no para los fines previstos. El estándar mismo ofrece una práctica específica para utilizar muestreadores automáticos en la recolección de muestras compuestas de aguas pluviales afluentes y efluentes apareadas y ponderadas según caudal, obtenidas de las medidas de control de aguas pluviales.
Los muestreadores automáticos ponderados según caudal eliminan la necesidad de que haya personal en campo durante las tormentas para recolectar muestras y están conectados a dispositivos de monitoreo de caudales vinculados a la tecnología de tratamiento de aguas pluviales que se está probando. El E3400 describe las consideraciones que hay que tener en cuenta para la colocación de estos caudalímetros; dónde se instalan los muestreadores; cómo debe calibrarse el muestreador para recolectar muestras de caudal ponderadas; y más. Siguiendo estas pautas y contando con muestras recolectadas correctamente, los investigadores de las aguas pluviales, los fabricantes del sector de SCM y otras personas pueden entonces evaluar con mayor exactitud las capacidades de eliminación de contaminantes de estos productos y prácticas y en qué medida son eficaces en la práctica.
“Además del beneficio de conocer sobre escorrentía en general, el solo hecho de analizar el lado de los afluentes puede ayudarnos realmente a comprender mejor los niveles de contaminantes que se observan en los suelos de distintos usos y en las diferentes cuencas”, dice Milesi. “Esa información se puede utilizar, por ejemplo, para determinar dónde se querría instalar un sistema de tratamiento de aguas pluviales. Si suele tener muchos más contaminantes procedentes de una carretera o un estacionamiento de cierto tamaño, eso puede ayudarle a determinar dónde puede obtener el mayor beneficio por su dinero cuando aplica alguna forma de tratamiento de aguas pluviales”.
Tim Sprinkle es un escritor independiente que reside en Colorado Springs, Colorado, EE. UU. Ha escrito para Yahoo, The Street y otros sitios web.
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