By Donovan Swift
Jul 29, 2025
El impacto visual de los derrames de petróleo es enorme. La mayoría de nosotros podemos recordar la imagen de la superficie del océano ennegrecida por el petróleo o la imagen de una gaviota cubierta de petróleo, que lucha por volar. El desastre de Deepwater Horizon vertió aproximadamente 134 millones de galones de petróleo en el Golfo de México y fue fuente de inspiración para una película de Hollywood, con explosiones, plataformas petrolíferas en llamas y rescates heroicos. Si bien la mayoría de nosotros conocemos esas imágenes, desafortunadamente, no sabemos mucho qué ocurre tras el derrame de petróleo. Los equipos de limpieza emplean varias técnicas y dedican incontables horas a limpiar derrames de petróleo durante meses y, a veces, hasta años. Y los expertos dedican sus días a desarrollar prácticas recomendadas para reaccionar ante estos derrames de forma segura y eficiente, así como a diseñar planes para limitar el impacto de los derrames en entornos marinos y costeros. El trabajo de estos equipos y expertos es fundamental para acotar los daños causados por derrames de petróleo.
El comité sobre respuesta a derrames de sustancias peligrosas y petróleo (F20) de ASTM International se dedica a ayudar a limitar dichos daños. El comité abarca diversos aspectos de los derrames de petróleo, desde el control y la eliminación del petróleo de océanos y agua dulce hasta la mitigación de los daños causados en las riberas y entornos costeros. "El comité F20 establece estándares relativos al diseño, el rendimiento y el uso de equipos para controlar y eliminar derrames de petróleo", explica Merv Fingas, presidente del subcomité de incineración in situ (F20.15). "Establece estándares para la capacitación y la evaluación relacionadas con derrames de petróleo y materiales peligrosos".
"El comité trabaja en todos los temas relacionados con la limpieza de derrames de petróleo, lo que incluye la selección de equipos, la capacitación en clasificación de petróleo, las orientaciones para categorizar derrames de petróleo y las guías respecto de todas las técnicas utilizadas para su limpieza", añade Stephen Potter, expresidente del comité. "Además, todos los subcomités están relacionados con diferentes aspectos de la respuesta".
Tras un derrame, la contención es crucial. Las barreras de contención, que actúan como cercos alrededor del petróleo en la superficie, son una herramienta clave para reducir al mínimo la propagación y contener el petróleo. Existen distintas barreras para diferentes condiciones de agua, por lo que el subcomité de control (F20.11) creó la guía estándar para la selección de barreras según la clasificación de cuerpos de agua (F1523); esto ayuda a determinar cuál es la más adecuada para cada respuesta específica. Potter afirma que el estándar es crucial, pero fue difícil aprobarlo. "En su momento, fue un estándar bastante polémico", recuerda. "Hubo algunas idas y venidas, pero llegamos a un consenso y estamos muy orgullosos por eso. Ya ha pasado bastante tiempo". El estándar está vigente desde 1994 y se actualizó en 2023; sigue ayudando a los equipos de respuesta a elegir qué barrera desplegar en función de las "dimensiones físicas mínimas, la relación mínima entre flotabilidad y peso y la resistencia mínima a la tracción para ciertos cuerpos de agua", continúa Potter. Asimismo, el estándar considera la longitud del elemento de flotación, la longitud de onda, la resistencia a la abrasión, la compatibilidad con agua dulce o salada y otros factores.
En derrames de gran magnitud, las barreras se despliegan en múltiples secciones que deben estar conectadas, por lo que es fundamental que tales conexiones sean perfectas, uniformes y seguras. El conector en Z es un tipo específico de conexión que otorga algo de flexión en aguas turbulentas, a la vez que ofrece una conexión segura. En la especificación estándar para la conexión de barreras de contención para derrames de petróleo, el conector en Z (F962) establece los criterios de diseño para estos conectores, lo que incluye las características mínimas de acoplamiento y la resistencia mínima a la tracción.
"Este estándar capta mi atención porque surgió como un estándar temprano cuando había poca uniformidad en los equipos para derrames de hidrocarburos", analiza Fingas. "Surgió en una época en la que cada fabricante de barreras hacía su propio conector, lo que significaba que las barreras no eran compatibles entre fabricantes y no podían conectarse. Para colmo, a menudo, una organización de respuesta no podía conectar las barreras que tenía en su inventario. El conector en Z es económico y sirvió para solucionar muchos problemas de interconexión".
Una vez desplegadas las barreras y luego de que se ha contenido el petróleo al máximo, el proceso avanza hacia su eliminación. Aunque existen diversas técnicas para la eliminación de hidrocarburos, la mayoría, si no todas, las limpiezas de derrames de petróleo se basan en gran medida en el uso de desnatadores. Existen varios tipos de desnatadores; no obstante, la mayoría se trata del uso de una embarcación que remolca un desnatador flotante, el cual, conforme a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) está "diseñado para retirar capas delgadas de petróleo de la superficie". El desnatador extrae el petróleo del agua, que posteriormente se almacena y se retira en una barcaza o embarcación similar.
El subcomité de eliminación (F20.12) cuenta con varios estándares sobre desnatadores para hidrocarburos, lo que incluye la elección del desnatador que se usará para responder a un derrame en particular (F1778), la recopilación de datos de rendimiento del desnatador en entornos controlados (F631) y la tasa de recuperación de petróleo de desnatadores estacionarios (F2709). Todo esto ayuda a los equipos de respuesta ante derrames a elegir el equipo más eficiente para el trabajo y permite a los fabricantes probar sus equipos con precisión en entornos controlados y reales y, así, pueden crear el mejor producto para cada tarea específica.
"El F2709 es uno de varios estándares que cuantifican el rendimiento del desnatador", comenta Fingas. "Estos estándares son importantes para garantizar que los sistemas de desnatadores se identifiquen correctamente con su capacidad de recuperación. Anteriormente, la capacidad de recuperación solía exagerarse y se generaban expectativas demasiado optimistas respecto de la limpieza de derrames. Los valores realistas de rendimiento del desnatador han mejorado considerablemente las expectativas de limpieza".
La guía estándar para la prueba de sistemas avanzados de desnatado (F3724) es un estándar reciente que permite probar estos sistemas. Estos sistemas están diseñados para desplazarse por el agua a velocidades superiores a 0,4 m/s (0,75 nudos). Esto puede aumentar considerablemente la cantidad de petróleo que el desnatador puede recuperar. Esta guía puede proporcionar insumos para la calculadora de Potencial estimado de recuperación del sistema (ERSP, por sus siglas en inglés) de la Oficina de Seguridad y Cumplimiento Ambiental de los Estados Unidos (BSEE) para estimar el rendimiento de sistemas avanzados de desnatado durante los tres primeros días de un derrame de petróleo en lotes. Esta información sirve para la planificación ante un derrame de gran magnitud y para la elección del equipo.
"Los estándares anteriores abordaban las tasas de recuperación de los desnatadores estacionarios", explica Vince Mitchell, comandante de incidentes de la Washington State Maritime Cooperative y vicepresidente del comité de respuesta ante derrames de petróleo. "Este estándar establece los parámetros para probar los sistemas de desnatado avanzados. Antes, los fabricantes probaban sus desnatadores en base a al estándar para sistemas de desnatadores estacionarios e intentaban extrapolar los resultados". Gracias a estas pruebas más específicas, los fabricantes obtienen datos más fiables sobre el rendimiento de los sistemas de desnatadores avanzados lo que permite contar con un dispositivo de limpieza más refinado.
Otra técnica empleada durante la etapa de eliminación de los derrames de hidrocarburos es la quema in situ, la cual consiste en la quema controlada del petróleo en el lugar del derrame y con una barrera ignífuga. El subcomité sobre quema in situ determina la guía estándar para la quema in situ de derrames de petróleo en el agua: consideraciones ambientales y operativas (F1788), que abarcan todos los aspectos del uso de la quema in situ. El estándar "ofrece orientación sobre cuándo optar por la quema in situ, qué equipo se necesita y los factores de seguridad que se deben considerar", comenta Potter.
Para que la quema in situ sea posible, es necesario que se cumplan algunos requisitos, como que el viento esté calmo y las aguas tranquilas; además, de que el espesor de la capa de petróleo en la superficie debe ser superior a 1-2 mm. Sin embargo, la técnica puede ser muy eficaz. Según la NOAA, "cuando se realiza correctamente, la quema in situ reduce significativamente la cantidad de petróleo en el agua y minimiza sus efectos adversos sobre el medioambiente".
La quema in situ requiere que el petróleo se concentre en una barrera ignífuga que pueda soportar temperaturas superiores a 1100 °C (2000 °F). Conforme a lo que menciona Fingas, esto hace la guía estándar para la quema in situ de petróleo derramado: que la barrera ignífuga (F2152) sea esencial. "El estándar describe los requisitos mínimos para una barrera ignífuga", reafirma. "Este estándar también es único, ya que se elaboró durante el desarrollo de una serie de pruebas de combustión. Esto permitió desarrollar un estándar muy realista. Esto permitió descartar varias barreras ignífugas inadecuadas y garantizó la confianza en la técnica de quema in situ".
Todo tiene aplicación práctica. Fingas menciona que "esta técnica y sus resultados fueron de gran importancia durante el derrame de Deepwater Horizon, durante el cual, con más de 400 quemas, eliminaron del agua unos 44.000 m³ o 275.000 barriles de petróleo, lo que evitó una gran cantidad de contaminación costera".
Los requisitos mínimos establecidos por este estándar fueron cruciales en el campo. "Los resultados se confirmaron durante la respuesta ante el derrame ocurrido en el Golfo de México", se extiende Potter. "Las dos barreras que tuvieron un excelente rendimiento en la respuesta ante el derrame fueron las únicas que aprobaron el programa de pruebas; por el contrario, las demás barreras que no lo aprobaron fallaron en el terreno".
Existe cierta preocupación por las emisiones perjudiciales y las partículas suspendidas en el aire generadas por la quema de petróleo, pero conforme a la mayoría de los estudios, el humo y las partículas generadas por la quema in situ tienen un impacto menor en el medioambiente circundante que el que tendría el propio petróleo si se dejara evaporar. Según la NOAA, "con base en nuestra limitada experiencia, las aves y los mamíferos son más capaces de manejar el riesgo de un fuego local y una columna de humo temporal que el riesgo que supone una mancha de petróleo en expansión".
El subcomité de mitigación (F20.22) aborda otras tecnologías y técnicas para la limpieza de derrames de petróleo, como los absorbentes, que se usan para absorber líquidos y pueden ayudar a eliminar el petróleo residual que dejan los desnatadores. "Los absorbentes se usan con frecuencia tanto como paso de pulido tras la eliminación de petróleo a granel en derrames grandes, como para el tratamiento de derrames pequeños y aislados", comenta David Cooper, presidente del subcomité de mitigación. "El protocolo principal para el uso de absorbentes en derrames de crudo es el método de prueba estándar para el rendimiento de los absorbentes en derrames de crudo y afines (F726)".
Además, se está desarrollando un nuevo estándar para determinar el rendimiento de los adsorbentes de tamaño completo para su uso en derrames de petróleo crudo y otros derrames afines (WK93609). Este estándar, desarrollado por el subcomité de mitigación, "se crea para abordar los problemas relacionados con la prueba de muestras pequeñas que, por diversas razones, pueden no ser completamente representativas de una hoja o almohadilla absorbente de mayor tamaño", Cooper continúa. "Este protocolo se está desarrollando para complementar el estándar F726 y proporcionará un método para la evaluación del rendimiento de los absorbentes a escala completa".
Una parte importante de la respuesta ante derrames consiste en la limpieza del petróleo que ha afectado al ecosistema costero y al litoral; en consecuencia, el subcomité de contramedidas costeras y terrestres (F20.17) se dedica a elaborar estándares abocados a esta etapa de la respuesta.
Potter manifiesta que la guía estándar para estudios que documentan y evalúan las condiciones de contaminación por hidrocarburos (F1686) y la guía estándar sobre terminología e índices que describen las condiciones de contaminación por hidrocarburos en las costas y otros terrenos (F1687) sirven como puntos de partida esenciales para el proceso de limpieza de las costas.
"Uno de los inconvenientes fundamentales que surgen con la limpieza de las costas es que el personal sin experiencia documenta el estado de la costa y la contaminación por hidrocarburos en la ribera", explica Potter. "Estos dos estándares sirven como guía para la inspección, la documentación y la terminología, de modo que todos empleen los mismos términos para describir el grado de contaminación por hidrocarburos en la costa, lo que especifica las contramedidas necesarias".
Una vez examinada correctamente la contaminación de la costa, la guía estándar para la limpieza de diversas costas y hábitats contaminados (F2464) funciona como guía para seleccionar las técnicas que se deben seguir. Cada costa es única, al igual que cada derrame de petróleo. La guía ayuda a diferenciar las técnicas según las necesidades de cada costa, lo que incluye el tipo de costa, su diversidad biológica y la vulnerabilidad, la exposición a las mareas y otros factores.
El comité desarrolla constantemente estándares para mejorar el proceso de respuesta ante derrames de petróleo, limitar el impacto ambiental y aumentar la eficiencia de los equipos. El subcomité de vigilancia y seguimiento (F20.16) se encuentra actualmente desarrollando un nuevo método de prueba para medir la tasa de evaporación de hidrocarburos y petróleo (WK92298). "En este estándar, se detallan los procedimientos de medición para crear una fórmula que permita calcular con precisión la evaporación a diversas temperaturas", expresa Fingas. "Esto mejora considerablemente la predicción de la evaporación y es importante para elaborar modelos de derrames de petróleo".
De la misma manera, la nueva guía para la decantación de mezclas de hidrocarburos y agua (WK67768), redactada por el subcomité de eliminación, "abordará el proceso para maximizar la retención de hidrocarburos durante un derrame", añade Mitchell. "Todos los desnatadores recuperan una mezcla de petróleo y agua que se bombea a un dispositivo de almacenamiento temporal para su eliminación final. La decantación es el proceso que permite que el agua recuperada (de la mezcla de petróleo y agua) se sedimente y, luego, se vuelve a bombear fuera del dispositivo de almacenamiento temporal para regresarla al agua. Esto maximiza la capacidad de almacenamiento de petróleo en el lugar del incidente y permite que la recuperación de petróleo continúe cuando, en otras circunstancias, podría interrumpirse. En muchas jurisdicciones, la decantación es una actividad permitida por reglamento que exige la presentación de una solicitud. Este estándar, basado en investigaciones, pruebas y experiencia, proporcionará a los reguladores y administradores de derrames una metodología para la toma de decisiones".
Afortunadamente, los derrames de petróleo se han vuelto cada vez menos frecuentes en las vías fluviales estadounidenses, gracias en gran medida a la Ley de contaminación por petróleo, aprobada por el Congreso tras el derrame del Exxon Valdez en 1989. Tal como explica Potter, con la actual legislación, se exige que todos los buques petroleros cuenten con una estructura de doble casco, lo que ayuda a reducir significativamente el riesgo de derrame, incluso si el casco exterior del buque sufre daños. "Este y otros componentes relacionados han reducido drásticamente los derrames de petróleo", cuenta Potter. Sin embargo, aún ocurren accidentes, como el desastre de Deepwater Horizon, y se siguen produciendo derrames, en especial, en otras partes del mundo. Por ese motivo, el comité sigue elaborando estándares para perfeccionar el proceso de respuesta ante derrames.
Es posible que no se vean nuevas tecnologías innovadoras en el horizonte, pero las técnicas se mejoran todo el tiempo. Como enfatiza Potter, "No hay nada nuevo bajo el sol, pero las tecnologías existentes se perfeccionan constantemente". Mientras tanto, el comité continúa ayudando al mundo a prepararse bien para el próximo derrame.
July / August 2025