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Una serie diversa de estándares contribuye a las actividades de gestión, conservación y protección de nuestro recurso natural más valioso.

By Jack Maxwell

Jun 07, 2025

Cuando se siente en su oficina, en un avión o junto a una piscina (si tiene esa suerte) para leer este artículo en su teléfono celular o en su laptop, o quizá en versión impresa, tome esto en consideración: usted es agua entre un 55 y un 60 %.

Cuando piense en la naturaleza fundamentalmente acuosa de los seres humanos es posible que lo intrigue más saber lo que los comités de ASTM International hacen para asegurar que el agua que usamos todos los días se suministre con un grado de pureza y limpieza apropiado para su uso final, se transporte de manera eficiente y se la trate correctamente hasta que se la usa.

El término abreviado acuñado para englobar esta labor es el de estándares sobre “aguas azules”, es decir estándares relacionados con el agua que tienen impacto en la sociedad. Entre las áreas que entran dentro de este concepto general están el agua potable (y las tuberías que lo suministran), el tratamiento de aguas residuales, la escorrentía de aguas pluviales e incluso contaminantes omnipresentes, como los microplásticos. A continuación demos una mirada a lo que los comités de ASTM están haciendo en varias de estas áreas.

Agregue agua

Ya sea que usted hable sobre el agua denominada “doméstica” que sale de nuestros grifos y cabezales de ducha, el agua industrial esencial para casi todos los procesos de manufactura, el agua residual que debe tratarse antes de su eliminación o reutilización o el agua salvaje prístina que necesita protección contra las voraces demandas de la civilización moderna, el Comité sobre Agua (D19) es un buen lugar para empezar.

“Casi todos los estándares que el comité desarrolla y conserva se refieren a la calidad del agua”, dice William Lipps, vicepresidente segundo del D19. “Muchos de nuestros estándares son para las pruebas químicas, radiológicas y biológicas del agua referidas a los contaminantes y a la calidad del agua. Sin embargo, también tenemos estándares que cubren el muestreo y la purificación del agua. Estos estándares tratan sobre el agua potable, las aguas residuales, las aguas para enfriamiento e industriales, el agua ambiental (de ríos y lagos), la escorrentía de aguas pluviales, el agua de mar y las salmueras”.

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El D19, con alrededor de 400 miembros, 14 subcomités y más de 300 estándares que están en su jurisdicción, es claramente una fuerza para tener en cuenta en el mundo del agua. Y, en palabras de Jay Gandhi, presidente del comité, todo comienza, como en muchos de los comités técnicos de ASTM, con la terminología correcta.

“¿Cómo se definen las aguas subterráneas y las aguas superficiales? ¿Cómo se deciden las unidades de medida? En nuestro comité, el Subcomité sobre Terminología [D19.12] es el responsable de estandarizar la terminología relacionada con el agua [D1129]”, explica Gandhi. “Este documento proporciona las definiciones utilizadas por todos los subcomités del D19 en su trabajo de desarrollo de estándares. Por ejemplo, las aguas superficiales se definen según las definiciones del Servicio Geológico de los EE. UU. (U.S. Geological Survey, USGS) y de la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. (U.S. Environmental Protection Agency, EPA).”

Pruebas del agua

Ocho subcomités son responsables de la mayor pare de los estándares desarrollados por D19. El Subcomité sobre Constituyentes Inorgánicos del Agua (D19.05), por ejemplo, gestiona actualmente 65 estándares. El homólogo del D19.05 es el Subcomité sobre Métodos para el Análisis de Sustancias Orgánicas en el Agua (D19.06), que es responsable de un impresionante total de 81 estándares, muchos de los cuales detallan los métodos de prueba para materiales orgánicos, como los hidrocarburos y los pesticidas.

Lipps cita la especificación estándar para Agua de Grado Reactivo (D1193) como uno de los estándares del comité que se consultan con más frecuencia. “Publicado por primera vez en 1951, es muy importante, porque todas las pruebas de laboratorio se basan en esa agua. Sin embargo, el estándar no solo se usa en laboratorios, sino también en industrias de todo el mundo. Ese estándar, al igual que todos los estándares del comité, se revisa constantemente para satisfacer las cambiantes necesidades de los usuarios finales”.

El D1193, que cumple setenta y cuatro años este año, no es único en términos de longevidad e impacto duradero. Algunos de los otros estándares de pureza del agua del comité que se utilizan ampliamente se remontan incluso más atrás. Los métodos de prueba estándar para ion cloruro en agua (D512) y oxígeno disuelto en agua (D888) se publicaron por primera vez en 1938 y en 1946, respectivamente.

“Estos métodos de prueba datan de la fundación del comité en 1932. Han cambiado a lo largo de los años, pero la química y los conceptos básicos siguen siendo iguales”, dice Lipps.

Gandhi puntualiza que la colaboración con otras organizaciones en las comunidades de desarrollo de estándares y regulatoria es otra parte importante de las actividades de su comité. “El comité sobre agua tiene un subcomité que actúa de enlace con otras organizaciones basadas en el consenso voluntario, como Standard Methods, la Organización Internacional para la Estandarización (International Organization for Standardization, ISO) y la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. (U.S. Environmental Protection Agency, EPA). Muchos de los métodos de D19 han sido adoptados por EPA en virtud de la Ley Nacional de Transferencia y Avance de la Tecnología (National Technology Transfer and Advancement Act) de 1995 que permite a los clientes de las empresas de suministro de agua utilizar los métodos de prueba de ASTM como parte de su caja de herramientas reglamentaria”.

El valor de esta cooperación, señala Gandhi, es que a medida que EPA y otros organismos se enfrentan a la disminución de recursos y la incertidumbre sobre la financiación futura, pueden colaborar con ASTM y aprovechar el trabajo que los expertos de la industria realizan bajo los auspicios de comités como el D19.

Gestión del agua

La calidad del agua es, obviamente, un tema muy importante. Pero, ya sea doméstica, industrial o de escorrentía pluvial, ese líquido también debe, de algún modo, ir del punto A al punto B. La manera más común, especialmente en países desarrollados, es a través de tuberías. Algunos comités, como el Comité sobre Tuberías de Concreto (C13) y el Comité sobre Sistemas de Tuberías Plásticas (F17), están a la cabeza en el desarrollo de estándares relevantes.

“Yo clasificaría las tuberías de concreto, en primer término, como tuberías de drenaje”, dice John Meyer, presidente de C13, y agrega que estas alcantarillas pluviales a menudo se conectan a depósitos de sedimentos de concreto que retienen el agua durante un tiempo para permitir que el material sólido se sedimente.

“Muchos estados requieren que los diseños, por ejemplo, el caudal de agua, sean iguales para una superficie de césped o un terreno agrícola y que luego, cuando se urbanice el terreno, se libere la misma cantidad de agua en un período de tres o cuatro días”, dice. “En muchas subdivisiones se puede ver que donde antes había un descampado, ahora hay un estanque que captura el exceso de agua. En ese estanque hay un vertedero, una especie de estructura parecida a una presa, y una vez que el estanque se llena a ese nivel, el agua fluye por encima del vertedero hasta la tubería de concreto”. Este enfoque facilita la liberación gradual del agua almacenada.

Aunque, como señala Meyer, las tuberías de concreto tal vez se suelen asociar con los sistemas de drenaje, también son un componente fundamental de los sistemas de distribución de agua potable. Steve DelloRusso, vicepresidente del comité, indica que las líneas principales de suministro de los entornos urbanos y otras áreas desarrolladas son tuberías de concreto de mayor tamaño, que se denominan “líneas de transmisión”. Con un diámetro típico de 36 pulgadas (aunque pueden llegar a ser hasta cuatro veces mayores), alimentan a tuberías menores en las calles locales y finalmente a edificios y hogares a través de las líneas de distribución.

Cualquiera que sea el uso final, el comité dirigido por Meyer y DelloRusso tiene un objetivo muy concreto. “El C13 se ocupa del diseño y la fabricación de tuberías de concreto reforzado tradicional, no pretensado, alcantarillas de cajón y otras estructuras asociadas de drenaje/alcantarillado por gravedad, como los pozos de registro”, dice DelloRusso. Los estándares del comité se centran en el diseño estructural y la instalación física de la tubería o alcantarilla, identificando las geometrías y las resistencias de tuberías estándar para adaptarse a los tamaños, la cobertura del suelo y las demandas de carga viva detalladas en los planos del sitio de instalación.

Tal como es el caso con muchos de los estándares mencionados anteriormente, algunos de los desarrollados por el C13 también han estado en uso durante décadas. “La especificación estándar C76 para alcantarillas, drenajes pluviales y tuberías de alcantarillado de concreto reforzado se adoptó por primera vez en los últimos años de la década de 1930 y sigue siendo el estándar principal de referencia hasta hoy”, dice DelloRusso.

“Los productos de concreto prefabricados pueden tener una vida útil de servicio de 100 años o más”, agrega. “Las tuberías y las alcantarillas de concreto han demostrado su resiliencia y a menudo pueden resistir inundaciones y tormentas intensas para seguir funcionando y mantener el alcantarillado y las carreteras transitables donde otros materiales han fallado”.

Aumentar esa resiliencia es el objetivo del trabajo que realiza el subcomité para determinar los efectos del ácido sulfúrico biogénico sobre las tuberías y las estructuras de concreto (C13.03), específicamente en el ámbito del alcantarillado sanitario. “Las tuberías de concreto que se utilizan para recoger las aguas residuales pueden sufrir la corrosión causada por el gas de sulfuro de hidrógeno, y C13.03 ha desarrollado métodos de prueba para abordar el problema”, dice Meyer.

Sistemas de tuberías plásticas

El Comité sobre Sistemas de tuberías plásticas (F17) desarrolla especificaciones sobre tuberías, conexiones y accesorios plásticos; prácticas estándar para la unión e instalación de tuberías plásticas, además de métodos de prueba y otros servicios específicos para estos sistemas. Steve Sandstrum, presidente del comité, piensa que esta lista de actividades más bien inocua no capta en su totalidad el impacto del trabajo de su comité.

“Cuando hablamos de la gama de aplicaciones de las tuberías plásticas, nos referimos a los servicios de tuberías que son críticos para nuestra sociedad, como la distribución de gas, la producción de energía, la distribución de agua potable, los sistemas sanitarios o de alcantarillado, la protección del agua subterránea, la producción agrícola, el drenaje de tierras y mucho más”, dice. “Las agencias reguladoras, las organizaciones de estándares y los organismos de códigos, como la Fundación Nacional de Saneamiento (National Sanitation Foundation) de los EE. UU., la Asociación Canadiense de Estándares (Canadian Standards Association), la Asociación Estadounidense de Obras Hidráulicas (America Water Works Association), y la Asociación Estadounidense de Gas (American Gas Association), utilizan los estándares de ASTM con el fin de desarrollar principios técnicos sólidos para la operación segura de los sistemas de tuberías plásticas en toda Norteamérica y en el mundo”.

Cuando se le pide que resalte uno o dos estándares especialmente influyentes, Sandstrum, en cambio, menciona “una serie de peldaños, por así decirlo, que sostienen el avance continuo en el desempeño de estos productos”.

Uno de esos ejemplos son las tuberías de polietileno de alta densidad (high-density polyethylene, HDPE). “Cuando empecé mi carrera con estas tuberías, el mayor nivel de desempeño en el sistema de ASTM era la designación PE3408”, dice Sandstrum. “En el curso de mis más de 40 años, el listón técnico se ha seguido elevando a través de las actividades concertadas de los miembros del F17, progresando de manera escalonada desde el PE3408 hasta niveles significativamente superiores de desempeño técnico, como lo refleja la designación PE4710”.

Estas mejoras se alcanzaron gracias a estándares que abarcan diversos asuntos interrelacionados, como el desempeño de las resinas de HDPE, estándares de producción y de pruebas para las tuberías y conexiones de HDPE y estándares de unión e instalación. “La mayor capacidad técnica de las tuberías de presión de HDPE de la actualidad proporciona a la sociedad una mayor seguridad en cuanto a capacidad de servicio en respuesta a fenómenos naturales como temblores sísmicos, hundimiento, terremotos, erosión de la tierra y otros”, explica Sandstrum.

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La práctica estándar de unión de tuberías y conexiones de polietileno mediante fusión por calor (F2620) es otro ejemplo. El seguir correctamente esta práctica con equipos bien mantenidos y calibrados crea una unión que es tan fuerte y durable como la tubería misma. “El resultado es pérdida cero de agua en la operación e infiltración cero de contaminantes que podrían afectar el agua limpia que es tan importante para nuestra sociedad”, dice Sandstrum.

Microplásticos y sostenibilidad

En relación con el agua limpia, los comités de ASTM también marcan una diferencia en el tratamiento de los microplásticos, una de las mayores amenazas para los suministros de agua modernos, así como problemas más amplios relacionados con el uso sostenible de los recursos.

Los microplásticos, fragmentos de materiales de tamaños menores de 5 mm que se crean por la degradación de las botellas plásticas y el lavado de los suéteres de lana sintética, se encuentran en todos los lugares de la tierra, incluso dentro de nuestro cuerpo. Su presencia es especialmente frecuente en el suministro de agua, lo que los convierte en un tema candente en los círculos medioambientales. Gracias a la mayor cobertura en los medios masivos, también está aumentando la conciencia del público sobre el problema.

“Diferentes personas tienen diferentes conceptos o teorías respecto a los microplásticos, pero la buena noticia es que somos conscientes del problema y se están efectuando actividades para crear métodos de estandarización”, dice Gandhi.

Este trabajo ya ha dado sus frutos. Lipps indica que “el D19 ha sido líder mundial en la publicación de métodos para el muestreo, la preparación de muestras y el análisis de los microplásticos en el agua”. Uno de esos estándares es la práctica estándar para el desarrollo de muestras de referencia de microplásticos para calibración y evaluación de competencia en todos los tipos de matrices de agua con niveles altos y bajos de sólidos en suspensión (D8402). Las muestras de referencia estandarizadas son críticas para la evaluación de los métodos de detección y de imágenes de microplásticos, la estimación de concentraciones de microplásticos en el agua potable y en las aguas residuales, y la investigación de la degradación de las partículas de microplásticos, entre otros temas.

Pero ¿qué podemos decir sobre el reciclado de las enormes cantidades de material plástico intacto antes de que alcancen nuestras vías fluviales? Sandstrum indica que la especificación estándar para tuberías y conexiones plásticas de drenaje, aguas residuales y ventilación (drain, waste and vent, DWV) hechas de poli(cloruro de vinilo) [poly(vinyl chloride), PVC] que tienen contenido de reciclado postindustrial (F2390) es un importante paso adelante: “estándares como estos proporcionan a nuestra industria un medio viable para el uso responsable del plástico residual, lo que reduce la probabilidad de la proliferación de residuos de plástico y a la vez mantiene la capacidad de servicio en las aplicaciones del tipo de drenaje”.

En cuanto a las cuestiones medioambientales más generales relacionadas con los sistemas de tuberías plásticas, Sandstrum llama la atención sobre la reciente formación de un Subcomité sobre Sostenibilidad y resiliencia (F17.97). “Este subcomité desarrollará metodologías consistentes para la evaluación del ciclo de vida de los sistemas de tuberías plásticas, un sólido enfoque técnico de la resiliencia de esos sistemas, avances en el área del uso responsable del plástico reciclado, y mucho más”.

Este énfasis en la sostenibilidad se extiende a todos los comités que abordan los temas relacionados con el agua. Lipps señala que el D19 está involucrado en los continuos esfuerzos de apoyo para las nuevas tecnologías que miden los analitos de maneras más económicas, acordes con los objetivos de desarrollo sostenible. “El uso de volúmenes de muestra menores y menos solventes o consumibles se traduce en una huella más ecológica para el envío de muestras y menos residuos en general”, dice.

El Comité sobre Concreto y agregados de concreto (C09) también está centrado en el uso más inteligente del agua. “El Subcomité sobre Concreto premezclado [C09.40] creó la especificación estándar para el agua de mezcla utilizado en la producción de concreto de cemento hidráulico [C1602] para permitir que el concreto utilice agua de cualquier fuente, siempre que cumpla con los criterios de desempeño establecidos en el estándar”, explica Steve Szecsy, presidente del C09. “Esto permitió a la industria dejar de utilizar agua potable para la producción de concreto, al permitir un mayor reciclado y reutilización del agua”.

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May / June 2025

INDUSTRY SECTORS: medio ambiente
COMMITTEE: 
CATEGORIES: features

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